
La lechuga no es aburrida: tipos, trucos y recetas de primavera a verano
La lechuga: un vegetal con muchas facetas
Aunque se la suele considerar un simple acompañamiento, la lechuga es en realidad un ingrediente sumamente versátil que puede enriquecer nuestros platos con sabor, color y beneficios para la salud. Pertenece a la especie Lactuca sativa y presenta muchas variedades con características únicas. La romana destaca por sus hojas largas y crujientes, ideales para ensaladas abundantes. La iceberg, firme y de sabor suave, es perfecta para sándwiches y ensaladas frescas. La gentilina, de hojas rizadas y tiernas, da un toque decorativo a los platos, mientras que la lollo, verde o roja, aporta un matiz ligeramente amargo. Otras como la canasta, la cappuccina o la pasqualina amplían aún más las opciones culinarias, permitiendo nuevas combinaciones sabrosas.

Los beneficios de la lechuga para la salud
Más allá de la cocina, la lechuga es un alimento con muchas propiedades beneficiosas para el organismo. Con más del 90 % de agua, es ideal para mantener la hidratación, sobre todo en verano. Es rica en fibra, lo que favorece la digestión y la sensación de saciedad, siendo ideal para dietas hipocalóricas. También aporta vitaminas A, C y K, además de minerales como hierro, calcio y potasio, beneficiosos para los huesos, la piel y el sistema inmunológico. Algunas variedades contienen compuestos con efectos antioxidantes y antiinflamatorios, útiles para combatir el estrés oxidativo y proteger el corazón.
Receta de pasta con lechuga: un clásico reinterpretado
Para redescubrir la lechuga, proponemos una receta sencilla pero deliciosa: pasta con lechuga. Limpia una lechuga, quita las hojas externas más duras y lávala bien. Córtala en tiras y resérvala. En una sartén grande, sofríe una cebolleta picada con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Añade la lechuga y deja que se ablande. Mientras tanto, cocina 320 g de pasta corta en agua salada. Escúrrela al dente y guarda un poco del agua. Añádela a la sartén con la lechuga y saltea unos minutos, incorporando el agua si hace falta. Termina con pimienta negra y un chorrito de aceite en crudo. Para una versión más rica, añade almendras tostadas picadas o queso rallado. Un plato sencillo y sabroso, perfecto para un almuerzo veraniego ligero y completo.